Algo sobre el Schutzhund
Base de la crianza en los perros de trabajo
MVZ Ricardo Forastieri

El Schutzhund, como se conoce, no es sólo una disciplina deportiva que forma parte del registro de una o varias razas, sino que es algo más completo, es el legado que dejó un grupo de personas, entre ellas Max V. Stefanitz, con el fin de garantizar que la crianza de los perros de trabajo tuviese un sustento sólido que asegurara que el PASTOR ALEMÁN, así como perros de otras razas de trabajo, mantuviesen las cualidades que ennoblecían su crianza.

El término Schutzhund quiere decir literalmente Perro de Protección , esto debido a que el creador de las bases de la rutina que actualmente se utiliza, fue un policía de Prusia llamado Franz Laufer, ya que en ese entonces (1897), la delincuencia excedía la fuerza policiaca local y el presupuesto no daba para la contratación de más elementos ¿No les suena familiar?

Así que su jefe le dio 500 marcos y solicitó que con su experiencia como criador de perros, se hiciese cargo de entrenar uno como su compañero.

Curiosamente, el primer perro que Franz Laufer entrenó con ese propósito no fue un Pastor Alemán, sino un Gran Danés de nombre César, ya que él consideró que ese perro que empezaba a criar el capitán Max V. Stefanitz (el Pastor Alemán) no lograría disuadir o confrontar eficientemente a los delincuentes.

Para octubre de 1901, el primer perro de policía ya estaba trabajando en las calles, sin embargo, desafortunadamente la idea no tuvo éxito entre los demás policías, ni entre la ciudadanía, ya que se consideró como riesgosa para todos; en 1902 Laufer logra una demostración pública en donde hubo que pagar a un figurante una gran cantidad de dinero para que soportara las mordidas que César propinó en dicha demostración, esto fue lo que hizo que las demás agrupaciones policíacas voltearon a ver el proyecto con más atención.

En ese momento Laufer formó la primera asociación policiaca canina (PHV) de Alemania, junto con el capitán Max V. Stefanitz, que tres años antes había formado la Verein für Deutsche Shäferhunde (SV) o Club de Pastor Alemán.

Es importante ver aquí, que los caminos de Laufer y de Stefanitz se cruzaron en algún punto, empero, los intereses eran diferentes, el de Laufer era sólo el de resolver una situación local, cuando el interés de Max V. Stefanitz era el de promover la crianza de un perro eminentemente de trabajo.

Para 1903 la primera competencia de perros de Policía y Schutzhund tuvo lugar y aunque no hay datos precisos de los ejercicios, podemos decir que facilitó a que más personas y principalmente policías se interesaran, cabe mencionar que en Bélgica surge un movimiento similar, alrededor de 1899, pero no se tiene la certeza de que esté relacionado uno con el otro.

En 1905 la PVH ya contaba con 270 miembros, y para 1912 eran ya más de 6000 integrantes y 64 clubes filiales, esto fue un parteaguas y lo que lanzó al Schutzhund, ya que cada vez más particulares se interesaron en entrenar a sus ejemplares como perros de protección, sólo que para la PVH fue difícil de manejar, así que se formó la RPVH o Club Nacional de Policía y Schutzhund, lo que permitía que los particulares pudiesen participar sin el conflicto de pertenecer a la corporación o de ser familia de un policía.

La Primera Guerra Mundial dejó ver la gran utilidad de los perros de trabajo, en particular, desde luego, el Pastor Alemán, ya que el capitán Stefanitz dio gran promoción a la raza en ese periodo. Otro gran momento del Schutzhund como lo conocemos hoy es más o menos en esa época, ya que la PVH y la RPVH , junto con otro club de perros de utilidad de la región del sur de Alemania, acordaron homologar las pruebas de trabajo así como los jueces.

Es definitivo que ese modelado consolidó a la RPVH , pero además dejó las bases que ahora se siguen no nada más en el Schutzhund, sino en otras rutinas como el Ring, tanto Francés como Holandés y Belga, es claro, que varios de los ejercicios se fueron eliminando del reglamento actual, aunque en ese tiempo ya existían los tres niveles, habían diferencias que respondían a la situación del momento, LA GUERRA.

Así que muchos de los ejercicios de obediencia tenían que ver con disparos de arma de fuego y cobros en diferentes situaciones, incluso bajo el agua, la parte del rastreo era similar a lo de hoy, pero con más distancia y la fase de protección estaba más orientada al trabajo policiaco, que incluía abozalar y mordidas en el traje.

http://www.berm.co.nz/cgi-bin/video/play.cgi?NsBi0PehfAM
Este es un link que servirá mucho a todos los amantes del deporte, ya que contiene un video de 1936 en donde todavía se ven parte de esos ejercicios, además, yo creo, que ya han de estar aburridos, así que véanlo y luego regresen a leer para que se despejen.

Para los que quieren continuar les comento que en el mencionado video se pueden ver ejercicios de caminado junto, saltos de todo tipo, incluyendo empalizadas de 2.4 metros , saltos muy largos en fosas, cobros de diferente tipo y hay registros de cobros de mancuernas hasta de 5 kilos; las mordidas no son espectaculares, pero he visto unas muy similares hoy en día; también hay mordidas en bicicleta, con disparos y una que otra locura, lo mejor es la parte del reglamento no escrito que seguimos practicando; la tecateada, que se ha mantenido como un rito generacional que es importantísimo y muy sano después de cada sesión de entrenamiento.

Regresando al tema

Podemos seguir ahondando en el tema de la historia que a muchos nos gusta, pero creo definitivamente que lo más importante está por venir y es, ni más ni menos, la parte que la mayoría de los criadores, tanto del Pastor Alemán como de las demás razas de trabajo han venido omitiendo a través del tiempo, el tema en donde se tiene que aceptar que lo fundamental de criar perros de trabajo, es mantener sus cualidades al paso de las generaciones.

El promover de manera sistemática que los perros criados por nosotros realicen ejercicios para mantener agudas sus habilidades, cuidando además que estos mismos ejercicios no permitan reacciones -si bien consideradas naturales en un perro-, causantes de daño a una persona o a otro animal, por falta de control o disciplina.

Para eso es que se han diseñado las rutinas deportivas o de trabajo, pero sobre todas el Schutzhund, que busca en cada ejercicio reafirmar y conocer todos y cada uno de los instintos o pulsiones del perro, con el fin de canalizarlos de la manera más adecuada y usarlos en la crianza para tener perros más bellos y más fuertes de mente y de espíritu.

Es triste ver que las razas Pastor Alemán, Rottweiler, Bóxer, Dóberman, etc., se están reduciendo a dos tipos, los de belleza y los de trabajo y que el pretexto de los criadores sea que, o no quieren perros cobardes, o no quieren perros feos.

Se nos olvida que el fomento de las razas es con el fin de mejorarlas, no de dividirlas.

Debemos poner atención en cosas tan importantes como esa de tener un perro pobre de carácter, lo que resulta más arriesgado pues vive permanentemente evitando o evadiendo, o como se dice comúnmente “a la defensiva” y es lo que ocasiona mordidas no deseadas, o bien, patrones de conducta que son ajenos para muchos de los que apenas comienzan o que nunca se han interesado en el trabajo, yo siempre he dicho NO HAY PERROS MALOS SINO MALOS DUEÑOS y esto es básicamente por desconocimiento de aspectos generales de la crianza, que definen en un gran porcentaje el carácter de cada perro.

Es bien sabido por todos, que la nariz de un perro es el órgano sensorial más desarrollado y esto es porque tienen un mil por ciento más células olfativas por centímetro cuadrado que un humano, además de que su pared nasal es más grande.

Es por eso que la fase A del Schutzhund, en sus tres niveles, tiene que ver con la capacidad de seguir un rastro dejado por una cierta cantidad de metros y localizar en este rastro, una serie de artículos de madera, piel o sintéticos, en diferentes secciones de este recorrido, que además cuenta con una serie de ángulos dependiendo del nivel.

La fase B es la que se refriere al control del perro y su disposición a seguirnos y a ejecutar ejercicios a nuestra voluntad, estos ejercicios denotan confianza en el manejador, nivel de entrenamiento y agilidad del perro.

Por último la fase C, que es la que evalúa el espíritu de lucha de nuestro compañero y su entrega al defendernos.

Me atrevo a decir que mucha gente ha escuchado o visto Schutzhund y tiene un concepto negativo de esta disciplina, debido a información errónea o bien, por gente sin experiencia o entrenadores con sistemas arcaicos que se basan sólo en métodos pavlovianos de condicionamiento, a través del castigo, que consideran como sistema alemán.

O por criadores que opinan que el deporte es un fastidio, ya que compromete ese maravilloso sábado de cruda por ir a rastrear y luego al campo de entrenamiento con el solazo, a repasar ejercicios y sólo para que el perro obtenga un título y se pueda reproducir…

Cuando lo apasionante de esta, como todas las disciplinas que se realizan con el perro, es el poder gozar y conocer mejor a nuestro ejemplar y conocer el límite propio y de nuestro compañero o bien, descifrar la adivinanza para resolver ese ejercicio que no hemos logrado consolidar y no porque nuestro perro no pueda, sino porque no hemos podido comunicar la idea de la manera en la que el perro asociará adecuadamente el comportamiento que intentamos condicionar.

Pero cuando lo logramos, cuando nos conectamos:

Entonces como por arte de magia, no sólo el perro lleva a cabo el ejercicio como lo hemos venido pensando, sino que además en ese pequeño momento nos damos cuenta de toda la alegría que se puede sentir por el hecho de estar, compartir y disfrutar de nuestro perro.

Invito a todos los que realmente están comprometidos con el Pastor Alemán y las demás razas de trabajo, a que hagan el deporte como parte de la crianza, que tiene la finalidad de comprobar si lo que hacemos como criadores es lo correcto o no.

Es definitivamente más fácil pensar, que los alemanes tienen toda la verdad y que ya no hay nada que hacer, que hay dos tipos de pastor y nos tenemos que conformar; si don Max viviera se volvería a morir, no de ver que sus congéneres hicieron de la raza el mejor negocio del mundo, sino que además permitieron que se hicieran tres tipos de pastor, el de trabajo, el de belleza y el americano.

Eso, o se sentaría a tomar varios litros de cerveza para olvidarse del pastor y pensar una rutina de trabajo para los caracoles, las cochinillas o algo así, menos complicado.