MITOS Y REALIDADES SOBRE EL CHIHUAHUEÑO “DE BOLSILLO”. 
Ing. Jorge Moreno G.

Muchas personas cuando se interesan en comprar un Chihuahueño, pretenden que éste sea “casi un ratón”, desean que el perro que van a adquirir sea tan pequeño, que de adulto “les quepa en la palma de la mano” o “en la bolsa de la camisa”, con frecuencia escuchamos estas y otras frases parecidas relacionadas al tamaño. En cierta forma se entiende ese interés, ya que a veces cuando se trata de tener un perro, lo primero que consideramos es el espacio disponible, así como su alimentación y demás necesidades, esto puede llevarnos a la conclusión de que la raza que más nos conviene es el Chihuahueño. Aunque estas razones pueden ser suficientes para tener tal perrito, es importante conocer algunos aspectos de la raza que pueden ayudarnos a hacer una mejor selección.

El primer dilema es el riesgo de ser engañados, el deseo por tener al perro más diminuto se vuelve en algunas personas una verdadera obsesión, que les puede llevar a hacer múltiples llamadas y a recorrer varios lugares en su afán por conseguirlo, esto algunas veces, llega a propiciar que quien los vende mienta, aprovechándose de los deseos de esas personas por el tan buscado “de bolsillo”.

El Chihuahueño, así como las demás razas caninas, tiene un estándar o norma racial, entendiendo por esto, toda una serie de características propias y distintivas que los diferencian de las demás razas. En el caso del Chihuahueño, una de esas características principales es el tamaño, no se trata sólo de que es un perro pequeño, sino el más pequeño de la especie canina.

Cuando observamos una camada de cualquier raza de perros, podemos darnos cuenta que con frecuencia hay uno más pequeño con respecto al resto, tradicionalmente decimos que fue el último en nacer, lo cual no necesariamente es así. Más bien se debe, entre otros factores, principalmente a que desde que estaba en el útero de la perra recibía menor cantidad de nutrientes, posteriormente, al nacer y ser el más chiquito era desplazado de las mejores tetas o simplemente, no lo dejaban mamar. Veamos qué sucede cuando se trata de una raza de mayor tamaño, por ejemplo, en el caso de comprar un Rottweiller, no buscamos al menor de la camada, sino por el contrario, al que vemos más fuerte y juguetón. Tratándose del Chihuahueño sucede lo contrario, buscamos al más pequeño, lo cual, no necesariamente lo hace el más fino o más auténtico, lo que si es cierto, es que probablemente sea el más débil.

Los cachorros llamados “de bolsillo” tienden a ser más delicados que los demás; aunque al alcanzar la edad adulta, aproximadamente de 7 meses en adelante, podemos decir que ya pasaron la etapa difícil, en general son de naturaleza débil, y normalmente su vida es más corta que uno de mayor peso.

Existe un término que puede causarnos confusión, cuando nos referimos a estándar, no nos estamos refiriendo a una talla o variedad, sino más bien a la norma racial. Para el caso del Chihuahueño, su estándar no indica talla, sino peso, estableciendo un máximo de 3 kilogramos ya como adultos, ejemplares arriba de este peso, es muy probable que pudieran presentar pérdida de alguna(s) característica(s) propia(s) de la raza y el grado de desviación podrá estar en función a qué tanto rebase el peso máximo. En cuanto a peso mínimo no hay un límite establecido, pero por experiencia es recomendable que estén por arriba de un kilogramo de peso de adultos, con ello tendrán más posibilidades de una vida saludable. Un peso aproximado de 2 kilogramos , tal vez unos gramos más o menos, en un ejemplar adulto, considero es el ideal en un perro de esta raza, podrá hacer una vida normal de perro, esto es, que juegue en el jardín, ponerle correa, sacarlo a la calle, así como también mayor posibilidad de vivir un buen número de años, etc., obviamente dependiendo de la calidad de vida que se le dé. Recordemos que además del tamaño pequeño, la cabeza es un aspecto fundamental en la que se encuentran varios puntos específicos de acuerdo a la norma racial, al igual que una buena estructura que haga de él un perro armonioso, bien construido y con un movimiento vigoroso.

En cuanto a clasificaciones o variedades, la única clasificación que existe en el Chihuahueño es en cuanto al pelo, de ahí que tengamos dos variedades, la de pelo corto y de pelo largo. En este punto es importante mencionar, que en nuestro país y de acuerdo a la norma racial emitida por la Federación Canófila Mexicana, A. C. (FCM), así como en la mayoría de países afiliados a la Federación Cinológica Internacional (FCI), ya no está permitido cruzar entre ambas variedades. Ninguna otra clasificación está oficialmente establecida, aunque en la realidad se manejen otras, por ejemplo de acuerdo al tamaño, se les conoce popularmente como “de tamaño normal”( 1.5 Kg . A 3 Kg .) y “de bolsillo” (menores a 1.5 Kg .). De ésta misma forma se maneja otra clasificación, ésta es en cuanto a la cabeza, se les conoce como “de manzana” o “de venado”. Aquí es importante mencionar que las cabezas llamadas de venado son totalmente degeneraciones a las que nos hemos acostumbrado. De acuerdo a la FCM, los tipo venado por cabeza y estructura son considerados faltas graves que ameritan descalificación, y no sólo esto, son desviaciones que no debemos de tolerar en beneficio de esta maravillosa raza que tenemos como mexicanos el privilegio de poseer por origen.